Los ruidos superiores a 90 decibelios pueden producir hipoacusia
El ruido es un agente externo presente en nuestra vida diaria que puede afectar a nuestro sistema auditivo. Entre las fuentes generadoras de ruido en la ciudad encontramos el tráfico, el ruido derivado de la actividad humana e industrial y el producido por las actividades de ocio. Las consecuencias negativas de estos ruidos en nuestra audición se producen porque el oído humano solo puede soportar los sonidos sin causar daños hasta unos parámetros muy determinados. Así, con niveles sostenidos de 90 decibelios puede aparecer sordera o hipoacusia.
Por otro lado, resulta complicado percibir que se está perdiendo audición sin un examen médico ya que rara vez la pérdida resulta dolorosa. Por esa razón, hay que prestar atención a las señales que nos pueden indicar que se está produciendo un daño en nuestro sistema auditivo, como los zumbidos, el taponamiento o la sensación de pesadez en los oídos.
Por todo ello se deben tomar precauciones, como evitar la exposición prolongada a los ruidos y acudir periódicamente a una revisión.