La otitis media es muy frecuente en invierno debido a las gripes y los resfriados
Los virus que circulan en invierno, causantes de gripe e infecciones respiratorias, pueden ocasionar otitis media, que es una inflamación del oído que aparece en cuestión de horas, causa dolor y la sensación de tenerlo tapado. Esta patología es común en los niños pero también puede afectar a los adultos, tal y como se explica en la revista británica Patient, donde se destaca que la otitis es una de las principales causas de consultas médicas y conlleva complicaciones que podrían derivar en pérdida de audición.
La asociación entre la otitis media y los resfriados hace que este tipo de otitis sea más común en invierno que en verano, a diferencia de la otitis externa, que se relaciona con los baños en piscina y el calor, propios de la temporada estival.
Existen factores de riesgo que predisponen a los pacientes a padecer de otitis, como la disfunción de la trompa de Eustaquio (tubo que comunica el oído con la nariz y la faringe); las infecciones de las vías respiratorias superiores; las alergias; la sinusitis crónica y el tabaquismo activo o pasivo.
¿Qué podemos hacer para prevenir la otitis?
La infección del oído medio mantiene una estrecha relación con las complicaciones del resfriado común, ya que si la mucosidad entra en la trompa de Eustaquio puede dar lugar a la proliferación de gérmenes.
Una de las principales recomendaciones para prevenir la otitis causada por resfriados o alergias, consiste en realizar lavados nasales con suero fisiológico o solución salina para limpiar el exceso de mucosidad y así evitar que llegue al oído medio. Estos lavados deben hacerse de acuerdo a las indicaciones médicas y evitando que el líquido pase al oído medio.
Asimismo, es importante evitar la exposición al humo de tabaco, tanto de forma activa o pasiva, toda vez que la toxicidad de la nicotina altera los mecanismos antioxidativos del oído, favoreciendo las infecciones.
Ante la existencia de otros factores que predispongan la aparición de otitis media, por ejemplo, la disfunción de la trompa de Eustaquio o la sinusitis bacteriana; es necesario que se mantenga un control de la condición y que se siga al pie de la letra las recomendaciones del experto en audición.