¿Cómo cuidar los audífonos para mantenerlos en buen estado?

¿Cómo cuidar los audífonos para mantenerlos en buen estado?

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Una de las soluciones más frecuentes a la pérdida de audición es el uso de audífonos. Se trata de unos aparatos electrónicos que se acoplan en el interior de la oreja y que, al amplificar ciertos sonidos, como una conversación, mejora la capacidad de entender determinadas situaciones del día a día. Y no solo eso, también aumenta la calidad de vida de las personas que lo utilizan. Sin embargo, los audífonos tienen una vida útil limitada, por lo que para aprovechar al máximo sus beneficios, es necesario seguir una serie de cuidados, con el fin de conservarlos y mantenerlos en buen estado durante más tiempo.

En primer lugar, es importante limpiar los audífonos una vez a la semana. Para ello, se puede utilizar una gasa limpia o un cepillo especial, aunque lo mejor es consultar con el audioprotesista cuál de los dos métodos es el más adecuado para cada tipo de dispositivo. No obstante, en ningún caso deberán usarse productos que puedan dañar el material del aparato electrónico, como el alcohol, detergentes o productos de limpieza del hogar.

Asimismo, la cera de los oídos y estos aparatos no son buenos amigos. Es más, puede provocar taponamientos, que el amplificador no funcione de forma correcta o, incluso, puede estropearlos. Para retirar los restos de cerumen que quedan adheridos al dispositivo se utiliza un cepillo o unas tiras especiales –limpia venting–, con el fin de mantener limpio su canal de ventilación.

Cuando no se utilizan los audífonos, conviene airearlos, puesto que el interior del aparato puede coger humedad y, como consecuencia, dañarse sus circuitos internos. Así, antes de irse a dormir, por ejemplo, es recomendable guardarlos en su propia caja, en un lugar seco y fresco y con el portapilas abierto. Existen deshumificadores que absorben y eliminan la humedad, previniendo que afecte a los componentes del dispositivo.

Estos amplificadores no se deben exponer a fuentes de calor o a altas temperaturas, por lo que es importante protegerlos de la luz solar, cuando haga mucho calor, o no acercarlo a una estufa o secador de pelo. Los ambientes con mucha humedad tampoco son recomendables para los audífonos, ni se deben mojar ni entrar en contacto directo con el agua. Por tanto, hay que quitárselos antes de ducharse y no deben dejarse en el baño.

Los productos químicos tampoco le hacen ningún bien a los audífonos. Así, será imprescindible retirarlos cuando se utilicen sprays, laca para el cabello, loción para después del afeitado, gel o perfumes, para evitar dañar al aparato, y no volver a colocarlo hasta que no se haya secado el producto.

Por otro lado, hay que tener precaución a la hora de hacerse determinadas pruebas con el dispositivo puesto, como radiografías o resonancias. En estos casos, lo mejor es informar con anterioridad al especialista.

Para terminar, es importante cambiar, de vez en cuando, los moldes del audífono, sobre todo si sufren rigidez excesiva, cambio de color, grietas, etc. En cualquier caso, es importante que el audioprotesista revise de forma periódica el estado de los aparatos, para que la persona que los utiliza haga un correcto uso de ellos.

 

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