El ruido en el trabajo puede provocar pérdida auditiva, hipertensión o colesterol alto
Que los ambientes ruidosos en el entorno laboral pueden afectar a la audición es algo más que sabido. Sin embargo, no es el único problema que pueden causar. Así, según un estudio elaborado por investigadores del National Institute for Occupational Safety and Health (NIOSH) de Estados Unidos y publicado en la revista American Journal of Industrial Medicine han concluido que la presión arterial alta y el colesterol elevado son más frecuentes entre los trabajadores expuestos a fuertes ruidos en el trabajo.
Los investigadores examinaron los datos de la encuesta National Health Interview Survey del año 2014, con el fin de estimar la prevalencia de la exposición al ruido ocupacional, la dificultad auditiva y las afecciones cardíacas. Los índices de prevalencia ajustados de dificultad auditiva autoinformada, hipertensión, colesterol alto y cardiopatía coronaria o accidente cerebrovascular se calcularon en función del nivel de exposición al ruido en el trabajo, la industria y la ocupación.
El análisis muestra que el 12% de los encuestados tenía dificultades auditivas, el 24% de los trabajadores presentó hipertensión y el 28% padecía hipercolesterolemia. De todos estos casos, el 58%, el 14% y el 9%, respectivamente, pueden atribuirse a la exposición de ruido ocupacional en el lugar de trabajo.
Por otro lado, el estudio también señala que uno de cada cuatro trabajadores tenía un historial de exposición al ruido relacionado con el trabajo, es decir, un 25%; y el 14% estuvo expuesto durante el último año. Este problema supone uno de los riesgos más comunes que existen en el ámbito laboral. Por ello, es fundamental que se reduzcan los niveles de ruido en estos espacios, así como protegerse –con el uso de tapones, por ejemplo– en aquellas situaciones en las que sea inevitable la presencia de ruidos, como los trabajadores de los aeropuertos o los profesionales de la música.
Asimismo, el estudio anima a que los trabajadores expuestos a ruidos sean examinados con regularidad para detectar estas condiciones, con pruebas de detección de pérdida auditiva, hipertensión o colesterol alto. En cualquier caso, resulta imprescindible cuidar los oídos no solo para evitar futuros problemas auditivos, sino también para prevenir la aparición de otros problemas de salud, como las patologías cardíacas.