El entrenamiento del cerebro mejora la audición en entornos ruidosos
Llegan las vacaciones de Semana Santa y, con ellas, las escapadas, las procesiones religiosas, las reuniones familiares o con amigos, los almuerzos en restaurantes o bares o, incluso, los conciertos. Todo ello supone una sobreexposición a determinados ambientes ruidosos y que no son muy beneficiosos para la salud auditiva. Es más, seguir conversaciones en estos entornos puede llegar a ser bastante difícil, incluso para aquellas personas con problemas auditivos y que utilizan audífonos.
Sin embargo, se puede entrenar el cerebro con el fin de ayudarle a rentabilizar los audífonos y, de este modo, mejorar la audición en ambientes ruidosos. Así lo afirma un estudio estadounidense publicado en la revista Current Biology. Con esta investigación se ha descubierto que, gracias a un entrenamiento con un juego personalizado de monitorización de audio, las personas de avanzada edad y que padecen algún tipo de pérdida auditiva pueden entender, hasta tres veces mejor, las palabras en situaciones o entornos con mucho ruido.
En este estudio participaron un total de 24 personas, con una media de 70 años de edad, que padecían pérdida de audición de leve a severa y que habían llevado audífonos durante unos siete años. Los investigadores les dividieron en dos grupos. Durante ocho semanas, uno de ellos trabajó con el juego de entrenamiento del cerebro –motivo del estudio– y el otro puso en práctica una actividad –en forma de placebo– en la que se desafiaba la memoria auditiva de los jugadores.
El juego de entrenamiento del cerebro, similar a un instrumento musical, consistía en monitorizar variaciones sutiles entre la respuesta auditiva esperada y la real, mientras los jugadores movían el dedo a través de un paisaje sonoro virtual. Después de poner en práctica las pruebas, los investigadores concluyeron que los participantes habían descifrado un 25% más de palabras en escenarios con gran volumen de ruido de fondo.
De esta forma, y gracias al entrenamiento del cerebro, se triplicó el beneficio de los audífonos de estas personas a la hora de comunicarse en ese tipo de condiciones, puesto que podían diferenciar mejor entre un interlocutor y el ruido de fondo. En definitiva, este estudio señala que, para escuchar en ambientes con mucho ruido, no solo pueden dar problemas los oídos, también el cerebro.