¿Qué es la sordera congénita?
La sordera congénita es la pérdida auditiva que se produce desde el nacimiento del niño. Este tipo de sordera se produce en la etapa prenatal o en la perinatal, es decir, desde que el niño está en el útero de la madre hasta siete días después del parto. La sordera es una enfermedad que limita la vida de cualquier persona. En el caso de los bebés, nacer con esta patología dificulta cualquier tipo de aprendizaje, incluido aprender a hablar.
El desarrollo de la sordera congénita puede ser de dos tipos diferentes. La sordera congénita no sindrómica implica que el bebé únicamente padece pérdida auditiva. Mientras que, si la sordera congénita es sindrómica, además de la hipoacusia, el bebé sufre otros problemas como puede ser la malformación del oído externo.
En cuanto a las causas de la sordera congénita cabe destacar que esta enfermedad puede estar provocada por causas genéticas. El desarrollo de la sordera congénita puede estar relacionado también con otros factores. Las infecciones, las radiaciones, las enfermedades metabólicas maternas o problemas en el parto como la falta de oxígeno o el bajo peso al nacer pueden tener como consecuencia que el bebé padezca sordera congénita.
Al igual que ocurre con la pérdida de audición en personas mayores, ante la aparición de sordera congénita se debe aplicar el tratamiento adecuado que permita a los bebés recuperar la audición. El uso de audífonos ayuda a los niños que padecen la enfermedad a escuchar. De esta forma, los menores consiguen desarrollar un estilo de vida normal, ya que gracias a tener un buen nivel de capacidad auditiva pueden aprender y desarrollar otras habilidades, así como integrarse en las relaciones sociales.
Para hacer frente a la sordera congénita es clave la detección precoz de la enfermedad. De esta formar, se podrá aplicar el tratamiento lo antes posible y se evitará que el bebé vea frenado su desarrollo y aprendizaje. Para detectar y diagnosticar la sordera congénita de forma precoz se realiza una prueba a los recién nacidos que indica si estos padecen o no algún tipo de problema auditivo.
Gracias a la prueba de audición que se realiza a los recién nacidos se puede hacer una primera valoración de la salud auditiva. En caso de que no se supere esta primera prueba, se deben realizar otros exámenes médicos que confirmen si el bebé padece sordera congénita o si la falta de audición se debe a otros factores que se deben tratar.
La salud auditiva debe cuidarse desde pequeños, ya que los problemas de audición se pueden dar a cualquier edad. En caso de que un bebé presente síntomas de que no escucha bien, se debe acudir al especialista para realizar las pruebas correspondientes, detectar el problema y aplicar el tratamiento adecuado.