¿Qué es la otomicosis y cómo prevenirla?
La otomicosis es un problema que afecta normalmente al oído externo. Se trata de una infección causada por hongos microscópicos que se desarrollan por un exceso de humedad. Aunque no es la infección auditiva más común, sus casos aumentan en contextos de humedad y altas temperaturas y si no se mantiene una adecuada higiene de los oídos. Las heridas en el canal auditivo también pueden fomentar la aparición de estos microorganismos. Dado que, de no tratarla, la infección por hongos puede dar lugar a pérdidas de audición, te explicamos cuáles son sus principales síntomas y cómo prevenirla.
En una primera fase, la otomicosis se relaciona con picor y escozor de los oídos. Posteriormente puede provocar inflamación y dolor de oídos e incluso la secreción de un líquido espeso que suele ser de color amarillento, blanco o negro. La recomendación de los médicos es acudir a consulta desde que se experimentan los primeros síntomas para comenzar la administración del tratamiento más adecuado.
Pese a que cualquier persona puede sufrir este tipo de infección, algunos colectivos son más susceptibles a la aparición de hongo en los oídos. Por un lado se encuentran los niños, grupo de mayor riesgo debido a su propensión a introducir objetos en el oído que pueden producir pequeñas heridas o eccemas. También están en constante riesgo los nadadores y buceadores, debido al prolongado tiempo que pasan con la cabeza dentro del agua, y las personas que trabajan en entornos calurosos, como fábricas o sedes de determinado tipo de industrias.
Consejos para prevenir la otomicosis
La mejor forma de prevenir la aparición de hongos en los oídos es evitar la humedad, como ocurre con otro tipo de infecciones auditivas. Dado que es algo que no podemos garantizar con total seguridad, los siguientes consejos te ayudarán a evitar el desarrollo de esta infección:
- Secar bien los oídos después del baño en playas o piscinas y después de la ducha. Puedes usar un secador a muy baja potencia, teniendo cuidado de no quemar la piel de las orejas.
- Usar tapones de oídos si vas a pasar mucho tiempo con la cabeza sumergida debajo del agua.
- Procurar no rascarte las orejas de forma excesiva o con las uñas muy largas, ya que esto puede dañar la piel y facilitar la invasión de los hongos.
- No usar bastoncillos ni otro tipo de objetos punzantes para limpiar los oídos.
Si a pesar de la aplicación diaria de estos consejos tenemos sospecha de una posible infección por hongos, lo primero que debemos hacer es limpiar debidamente ambos oídos para comenzar a eliminar el rastro de los microorganismos. Después, es el médico quien debe valorar la idoneidad de aplicar gotas antifúngicas o antibióticos según el grado de la infección.
¿Cómo afecta la otomicosis a las personas que usan audífonos?
En el caso de las personas con pérdida de audición que usan audífonos en su día a día, además de los factores de riesgo ya mencionados, hay que tener en cuenta las posibles pequeñas heridas que se pueden producir por el roce de estos dispositivos. Estas irritaciones cutáneas, en principio sin importancia, también pueden favorecer la aparición de los hongos. Para evitarlo, la forma y tamaño del audífono deben estar perfectamente adaptados al oído de cada paciente por un audioprotesista.
Por otro lado, ante una infección es importante dejar de usar los audífonos el tiempo que dure el tratamiento y hasta que se recobre por completo la salud auditiva. De esta forma se favorece la ventilación de los oídos y se acelera la recuperación. A posteriori, una vez se tenga el visto bueno por parte del otorrino, se puede retomar el uso de los audífonos con total normalidad. Esta interrupción en su uso no supondrá ningún percance para las personas con pérdida de audición ni será necesario realizar ningún tipo de adaptación de los oídos al audífono.