Más de 1.000 millones de adolescentes y jóvenes corren riesgo de pérdida auditiva

Más de 1.000 millones de adolescentes y jóvenes corren riesgo de pérdida auditiva

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Una parte importante de la población juvenil, entre 12 y 35 años, se encuentra en riesgo de padecer pérdida auditiva. Según datos de la OMS, 1.100 millones de adolescentes y adultos jóvenes se exponen a ruidos intensos de forma prolongada, por ejemplo al escuchar música con auriculares a más de 80 decibelios (dB), lo que puede provocar daños irreversibles en su capacidad de escucha.

Los factores que contribuyen a una mayor contaminación acústica son el uso de reproductores de música a alto volumen, ruido en discotecas, conciertos y festivales; o el tráfico en las grandes ciudades. Así, más de 43 millones de jóvenes y adolescentes ya sufren algún problema auditivo, como el tinnitus o la hipoacusia.

Las fuentes de ruido más perjudiciales en jóvenes

Se suele pensar que los ruidos nocivos para la salud son estruendosos y ocasionales, pero lo cierto es que los adolescentes están expuestos a sonidos perjudiciales prácticamente a diario.

  • Dispositivos de audio (MP3, tv, móviles…)
  • Discotecas y conciertos
  • Cine y gimnasios
  • Secadores de pelo
  • Tráfico

Se establece que a partir de los 75 dB el sonido comienza a ser dañino para los oídos. En una conversación normal o los ruidos que escuchamos en casa tales como la nevera, por ejemplo, el nivel de sonido es de unos 30 a 50 dB. Un nivel innocuo y aceptable.

El tráfico, especialmente en los atascos, ya llega e incluso sobrepasa los 75 dB. Según los expertos, el umbral máximo de exposición sin riesgos es de 85 dB durante ocho horas. Los aparatos de escuchar música se encuentran entre 75 y 136 dB, y son unos dispositivos que los más jóvenes utilizan durante mucho tiempo cada día a una frecuencia elevada. ¿El resultado? Gran riesgo de problemas auditivos. Pero no es la única fuente nociva de ruido, ¿cuántos jóvenes acuden a bares, discotecas o festivales habitualmente? La mayoría. En estos eventos el sonido suele ser de 100 p 110 dB, una frecuencia que no debería escucharse más de 15 minutos para no sufrir daños según la OMS.  En gimnasios u otras instalaciones de ocio la música ambiente se sitúa entre los 80 y los 117 dB, lugares donde muchos pasan buena parte de su día.

Todos estos datos resaltan el grado de exposición dañina al que se someten multitud de jóvenes y adolescentes a diario. Sufrir problemas auditivos -como el tinnitus o la hipoacusia-  puede conllevar problemas de déficit de atención, bajada del rendimiento académico, aislamiento social y problemas de comunicación.

El 50% de los problemas auditivos en personas jóvenes pueden prevenirse

Preservar la salud auditiva es posible tomando ciertas medidas de precaución. Es más, según afirma la OMS, el 50% de las pérdidas de audición se pueden prevenir, especialmente las que afectan al público más joven. Estas son las principales recomendaciones:

  • No escuchar música con auriculares a más del 60% de volumen.
  • Utilizar auriculares que aíslen del ruido y permitan escuchar bien a volumen bajo.
  • Limitar el tiempo de escucha de dispositivos personales de audio a una hora (siempre volumen bajo).
  • Utilizar tapones auditivos en discotecas o eventos para disminuir la intensidad acústica.
  • Alejarse de los altavoces en los conciertos, bares o discotecas y hacer descansos auditivos para reducir la exposición total al sonido.

Acudir a una revisión de la audición una vez al año es importante para prevenir y para diagnosticar de forma temprana, en caso de que lo haya, el problema auditivo y tratarlo rápidamente. Asimismo es importante que si se observa que el menor no escucha del todo bien, que es necesario repetirle las cosas varias veces o no responde a ciertos estímulos auditivos, se acuda al especialista para que valore si existe pérdida de audición y la necesidad del uso de tratamientos como los audífonos.

 

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