Una nutrición deficiente en la infancia aumenta el riesgo de pérdida auditiva

Una nutrición deficiente en la infancia aumenta el riesgo de pérdida auditiva

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La desnutrición durante los primeros años de vida puede ser un factor fundamental que ocasione pérdida auditiva temprana en la edad adulta. Así lo asegura un estudio científico que destaca que la mala alimentación en los primeros años de la infancia duplica las probabilidades de padecer problemas de audición.

La causa de esta pérdida auditiva puede ser consecuencia de una nutrición deficiente que impide el desarrollo del oído interno. No obstante, los expertos esgrimen también otras hipótesis. Entre ellas, un aumento de las infecciones en los órganos auditivos a causa de un insuficiente trabajo del sistema inmune por falta de nutrientes, según publican en la revista American Journal of Clinical Nutrition.

Los autores de este trabajo destacan que estas patologías pueden cronificarse y derivar en problemas de audición en la edad adulta.  «Las intervenciones nutricionales en la primera infancia podrían ayudar a prevenir la pérdida auditiva», señalaba Keith West, profesor de Salud Internacional en la Escuela Bloomberg y el investigador principal del estudio. En España, cerca de un millón de personas padece algún tipo de discapacidad auditiva en alguno de sus grados y tipos, según datos del INE.

Además, según los expertos, una ingesta deficiente de nutrientes puede ocasionar otros problemas de salud como presión arterial alta, enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer, osteoporosis, entre otros.

Esta mala alimentación puede ser consecuencia de la situación económica de las familias o, lo que es aún más grave, el resultado de llevar una dieta basada en calorías vacías, productos con azúcares añadidos y grasas. Según las encuestas, la mayoría de los jóvenes y niños no cumplen con las recomendaciones diarias de frutas y verduras ni toman la cantidad de agua recomendada.

Para evitar los problemas de audición y otras complicaciones de la salud, los expertos recomiendan mantener una alimentación saludable ya que es fundamental para el crecimiento y desarrollo de los niños. Una dieta que debe incluir hortalizas, cereales, lácteos y una variedad de proteínas para ayudar a mantener un condición física correcta y reducir así el riesgo de sufrir lesiones u otros daños en la salud.

Los buenos hábitos de salud son un factor fundamental para conseguir un óptimo y correcto desarrollo del organismo, lo que contribuirá a evita la aparición de la pérdida auditiva a consecuencia de la mala nutrición. Entre estas recomendaciones, además de llevar una dieta equilibrada, incluyen también la actividad física, el descanso adecuado, un control periódico de la capacidad de audición mediante pruebas -como la audiometría– y, sobre todo, evitar la exposición continuada a ruidos fuertes e intensos.

 

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