Cómo la pérdida de audición afecta al rendimiento escolar

Cómo la pérdida de audición afecta al rendimiento escolar

Audiometría
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Imagina a un estudiante que no presta atención, se comporta mal en clase y obtiene malas calificaciones. Tu primer pensamiento podría ser que el niño tiene dificultades de aprendizaje. Pero quizás deberías barajar la posibilidad de que el niño tenga pérdida de audición: es más común de lo que piensas. A menudo, la pérdida de audición, ya sea leve o grave, tiene un efecto muy negativo en el rendimiento académico.

Según Centers for Disease and Control (CDC) de Estados Unidos, 1,3 de cada 1.000 niños de 8 años tienen una pérdida auditiva bilateral (pérdida de audición en ambos oídos) de 40 decibelios (dB) o más. Y el 14,9% de los niños de entre 6 y 19 años tienen pérdida auditiva de al menos 16 dB en uno o ambos oídos. Incluso la pérdida de audición en un solo oído tiene un impacto importante en el rendimiento escolar. Los estudios muestran que entre el 25% y el 35% de los niños con pérdida auditiva unilateral corren el riesgo de suspender al menos un año escolar.

La audición y el aprendizaje están conectados

La capacidad auditiva es fundamental para el desarrollo del habla y el lenguaje, la comunicación y el aprendizaje. Por ello, la pérdida de audición causa retrasos en el desarrollo del habla y el lenguaje, y esos retrasos conducen a problemas de aprendizaje, lo que a menudo tiene como consecuencia un bajo rendimiento escolar. Dado que el bajo rendimiento académico suele ir acompañado de falta de atención y, en ocasiones, de mal comportamiento, los niños con pérdida auditiva a menudo se identifican erróneamente con otros problemas, como el TDA y el TDAH.

De acuerdo con la Asociación Americana del Habla, Lenguaje y Audición (ASHA), es muy probable que los niños con pérdida auditiva de leve a moderada que no reciben servicios de intervención estén en varios niveles escolares por detrás de sus compañeros.

¿Qué razones explican esta brecha educativa? No se trata de una cuestión de inteligencia. Es decir, sólo porque un niño tenga pérdida de audición no significa que sea menos capaz de hacerlo tan bien en la escuela como sus compañeros que no tienen problema de audición. Si bien, a veces el entorno en el aula en sí no es compatible con un niño que tiene pérdida auditiva. De esta forma, un maestro ocupado, que tiene muchos alumnos a los que atender, o un maestro con poco conocimiento sobre la pérdida de audición, no puede alterar su estilo de enseñanza o tener presente la pérdida de audición de un alumno mientras enseña una lección o asigna las tareas para hacer en casa.

Por ejemplo, si el maestro da la espalda a los estudiantes mientras da clase, su voz se dirigirá hacia la pizarra, lo que hará que un estudiante con pérdida de audición se pierda parte de la lección. Por otro lado, la corrección oral de los deberes, un acento desconocido o un maestro que habla demasiado rápido pueden dificultar el progreso del aprendizaje de un alumno con pérdida auditiva.

Además del ambiente en el aula, ciertas materias son intrínsecamente más difíciles para un niño con pérdida auditiva porque, aunque la capacidad de escuchar influye en todos los aspectos del ámbito académico, quizás las áreas más afectadas son aquellas que involucran conceptos del lenguaje. El vocabulario, la ortografía, la estructura de las oraciones y las expresiones idiomáticas son muy difíciles de entender para un niño afectado por la pérdida auditiva.

Frustración y confusión influyen en el rendimiento académico

La frustración y la confusión también pueden jugar un papel importante en el bajo rendimiento académico. Un niño con una pérdida auditiva leve puede tener un habla normal, pero tendrá problemas para escuchar a un maestro a distancia o si hay ruido de fondo. El hecho de no poder oír bien algunas indicaciones del profesor puede generar frustración  a la hora de comprender determinados aspectos académicos. Son dificultades a las que los niños con pérdida auditiva se enfrentan a diario.

Junto a las dificultades académicas en la escuela, los niños con pérdida auditiva también pueden experimentar problemas sociales. La comunicación es vital para las interacciones sociales y para llevarse bien con los compañeros. Por ello, sin la capacidad de comunicarse efectivamente, los niños experimentan a menudo sentimientos de aislamiento e infelicidad. Si un niño con pérdida auditiva es excluido de las conversaciones o no está dispuesto a participar en actividades grupales por vergüenza, el resultado es que puede aislarse socialmente, lo que conduce a una mayor infelicidad. Los niños con pérdida auditiva también tienen dificultades para desarrollar habilidades sociales, lo que supone un obstáculo para hacer amistades con los compañeros.

La importancia de una intervención temprana

Los estudios han demostrado que la intervención temprana es la clave para mejorar el rendimiento académico, así como las interacciones sociales saludables en los niños con pérdida auditiva. Un estudio publicado en la revista Journal of Speech muestra que los niños con pérdida auditiva severa o profunda obtuvieron notas en un rango promedio o superior con menos frecuencia que los niños sin problemas de audición. Sin embargo, aquellos niños que tuvieron una mayor ayuda de sus padres, una intervención temprana, y que pasaron más tiempo leyendo exámenes, obtuvieron mejores calificaciones que otros compañeros.

Por todo ello, los maestros están en una posición única para ayudar a los estudiantes, para lo que es necesario que entiendan cómo un estudiante con pérdida auditiva recibe y comprende la información, y que tengan un nivel de conocimiento integral de las capacidades y el nivel de comprensión de cada uno de sus alumnos. Dado que la intervención temprana es clave, los signos que los maestros pueden observar en el aula son:

  • Falta de atención
  • Respuestas inapropiadas a preguntas
  • Sueño y cansancio
  • Problemas para seguir las instrucciones del maestro
  • Problemas a la hora de hablar

Un niño que tiene dificultades en la escuela, sobre todo si tiene un historial familiar con personas que han sufrido pérdida de audición o han tenido infecciones del oído recurrentes, debe ser visto por un profesional para una evaluación de la audición. En función de los resultados, podrá recomendar el curso de intervención más adecuado. La intervención es crucial, porque un niño que recibe apoyo, tanto en la escuela como en el hogar, tiene más posibilidades de éxito académico. Si cree que su hijo sufre pérdida de audición, llévalo al pediatra o a un profesional de la salud auditiva lo antes posible.

 

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