Las personas de mayor edad son más sensibles a los sonidos fuertes
Al ir cumpliendo años nuestro cuerpo va sufriendo cambios cada vez más significativos, que afectan a todos los órganos. Y el oído no es una excepción. Un estudio publicado en la revista científica Journal of Neuroscience acaba de demostrar que jóvenes y adultos de mayor edad no oyen igual y que su percepción de los sonidos es muy diferente. De hecho, nos volvemos mucho más sensibles a todos los sonidos al envejecer, y los más fuertes pueden llegar a molestarnos y afectarnos de forma profunda.
Este trabajo ha sido realizado teniendo en cuenta las respuestas de voluntarios de edades comprendidas entre los veinte y los sesenta años, sin problemas auditivos, y analizando sus reacciones a sonidos tanto suaves como elevados.
Según ha explicado uno de los autores de la investigación, el doctor Björn Hermann, “observamos que los individuos de mayor edad no se adaptan tan bien como los jóvenes a los cambios de sonido en el entorno que les rodea. Así, el cerebro humano ve afectada al envejecer su habilidad para ajustar su sensibilidad a los diferentes niveles de sonido”.
El estudio ha revelado que, cuando los jóvenes están en un ambiente ruidoso, como puede ser un concierto de rock, sus cerebros se vuelven menos sensibles a los sonidos bajos. Esto les permite escuchar los sonidos más importantes (como un rasgar de guitarra) sin ser distraídos por los irrelevantes. Sin embargo, los investigadores descubrieron que las personas mayores de sesenta años se vuelven hipersensibles a los sonidos, escuchando tanto sonidos bajos como fuertes sin la capacidad de ignorar los irrelevantes y de destacar los contextualmente significativos. De este modo, sin la habilidad de reducir la sensibilidad a sonidos irrelevantes, la experiencia individual cambia completamente, y no para mejor.
Este hallazgo explicaría por qué personas de edad avanzada encuentran algunas situaciones especialmente irritantes y molestas, como el coro de voces en un restaurante atestado de gente o los susurros en un cine.
Para finalizar, los autores aseguran la necesidad de nuevos estudios en el futuro que confirmen los hallazgos conseguidos y que exploren en profundidad los cambios neurofisiológicos en diversas zonas del cerebro.
La pérdida de audición es un problema general
Como hemos explicado en diversas ocasiones en este blog, la pérdida de audición puede ser un problema muy grave e implica a un porcentaje importante de la población. Se estima que la pérdida auditiva afecta, en términos generales, al 40 por ciento de las personas mayores de 50 años. Sus causas son multifactoriales, desde la ansiedad y depresión, que se relaciona con la pérdida de capacidad auditiva de forma repentina, hasta el exceso de cerumen, pasando por la escucha de música a niveles muy altos con auriculares o el envejecimiento.