Cómo cuidar la salud auditiva de los niños

Cómo cuidar la salud auditiva de los niños

Salud auditiva en la infancia
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El cuidado de la salud auditiva es una parte importante de las medidas de prevención de la salud en la infancia. Aplicando una serie de sencillos consejos diarios podemos evitar el desarrollo de patologías auditivas, como la hipoacusia, y habituar a los niños a limpiar, cuidar y proteger sus oídos, en mucha ocasiones olvidados. En esta misma línea, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 60% de los casos de pérdida auditiva infantil puede prevenirse. Desde Quiero Oír explicamos cómo.

En primer lugar, es importante realizar a los recién nacidos un cribado auditivo neonatal para descartar posibles problemas en el funcionamiento del sistema auditivo y, en el caso de que los hubiera, aplicar el mejor tratamiento de forma precoz. Este cribado permite detectar principalmente las hipoacusias o sorderas de nacimiento, su causa y el grado de gravedad.

Cómo cuidar la salud auditiva infantil

En la rutina diaria, podemos aplicar las siguientes pautas:

  • Mantener una adecuada higiene de los oídos de los niños, sin hacer uso de los bastoncillos que pueden obstruir el canal auditivo o dañar el tímpano.
  • Evitar que los niños se introduzcan ningún tipo de objeto en los oídos.
  • Protegerles del frío para reducir el riesgo de sufrir infecciones de las vías respiratorias, principal causa de la otitis media aguda. Para ello, podemos ponerles gorros a los niños para salir a la calle y animarles a lavarse con frecuencia las manos para reducir el riesgo de contagio.
  • No abusar de los antibióticos, ya que algunos pueden ser ototóxicos, es decir, pueden producir daños en el sistema auditivo si se toman de forma indiscriminada. Además, recordamos que el abuso de antibióticos puede generar resistencias, un riesgo especialmente grave para los niños, quienes tienen su sistema inmunológico en pleno desarrollo.
  • Evitar la exposición prolongada al ruido, sobre todo en el caso de ruidos fuertes y a corta distancia. Si no es posible, es recomendable que los niños usen protectores para reducir el impacto del ruido.

Salud auditiva en niños: Uso de tecnología y juguetes ruidosos

En relación con este último punto, la limitación del ruido al que los niños están expuestos, las familias deben tener en cuenta que actualmente la tecnología, los dispositivos electrónicos y el uso de auriculares a un volumen elevado provocan un alto grado de pérdida auditiva en los menores. A pesar de los beneficios que pueden aportar al desarrollo de los niños, es esencial usarlos de manera segura.

Lo más importante es mantener estos dispositivos a un volumen moderado y tomar descansos para que los oídos se recuperen del impacto sonoro. Los padres y familiares serán el mejor ejemplo para que los niños aprendan este hábito saludable para sus oídos.

En lo que al uso de auriculares se refiere, la principal recomendación de los otorrinos es aplicar la “regla del 60-60”: utilizar los auriculares un máximo de 60 minutos seguidos, a un volumen inferior al 60%. Además, debemos asegurarnos de que se ajustan a los oídos de los niños. Esto previene que el sonido se escape y se vean impulsados a subir cada vez más el volumen para escuchar correctamente la música o los contenidos audiovisuales.

Algo similar ocurre con los juguetes. Algunos son demasiado ruidosos, sobre todo para los bebés o niños más pequeños, que tienden a llevarse los juguetes a los oídos. Por ello, aconsejamos a las familias comprobar su volumen previamente a la compra y verificar si disponen de un sistema de manipulación del sonido con el que moderar sus decibelios.

¿Por qué es importante vigilar el buen funcionamiento del sistema auditivo de los niños?

 El sistema auditivo tiene un papel fundamental en el adecuado desarrollo cognitivo de los niños y en su proceso de aprendizaje. Diferentes estudios internacionales han demostrado que los problemas auditivos sin diagnosticar pueden provocar que los niños tengan dificultades para leer y cierto retraso en el desarrollo de sus capacidades lingüísticas. Para evitarlo, es importante que padres, familiares y cuidadores estén atentos a posibles signos de sospecha de problemas de audición. Entre ellos se encuentran que el niño no responda cuando se le llama, que grite con frecuencia o que tenga dificultades para mantener la concentración.

Si se detecta una pérdida de audición será necesario identificar su causa y cuantificar su gravedad para recomendar el mejor tratamiento. Generalmente la solución más efectiva la encontramos en el uso diario de audífonos con los que amplificar los sonidos del exterior. Estos dispositivos de ayuda a la audición han demostrado múltiples beneficios a la hora de mejorar la comprensión de los niños. Cuanto antes se comiencen a emplear los audífonos, mejores serán sus resultados.

 

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